Real e Ilustre Hermandad de Nuestra Señora la Virgen del Buen Suceso
FUNDACIÓN: AÑO 1689
El amor y devoción a la Santísima
Virgen ha surgido desde siempre en Andalucía, inspirado por los horizontes y
perfumado por los aires de esta tierra, que se traduce en un culto que posee
belleza, rasgos y grandeza propios, un culto de gloria a la Madre de Dios.
Y un sentimiento tan profundo
como este amor, tiene necesidad de mutua correspondencia, de simpatía, de un
clima cálido en torno. De ahí la profusión de cofradías Marianas en los pueblos
andaluces, y el arraigo popular que gozan todas entre sus devotos.
De aquellos tiempos remotos en
que la fe humilde de los hombres confiaba plenamente en la intercesión divina,
como remedio eficaz para librarse de plagas y epidemias, data la existencia de
la Real e Ilustre Hermandad de Nuestra Señora del Buen Suceso, una de las más
antiguas de nuestra ciudad, patrona de un gremio de tejedores de la seda del
siglo XVII.
Cuatro de estos industriales
tienen la iniciativa de levantar el Retablo, sede de la titular de la Hermandad
que actualmente puede observarse en la Iglesia Conventual, nave central de San
Francisco. Los cuadros de la época que orlan este retablo, representan los
patronímicos de estos patrocinadores.
La autoría de este Retablo es
atribuida a Juan de Dios Santaella, y efectivamente tiene los rasgos
característicos de su escuela, destacando las estípites con orejas de cerdo y
su abundante y bella decoración.
La hermosa Imagen que lo preside
es igualmente de la escuela granadina de la segunda mitad del siglo XVII, según
la autorizada opinión de los hermanos Cruz, restauradores de la imagen de
Nuestro Padre Jesús en la columna, la talla posee una unidad que revela
características propias de las obras de Alonso Cano, por lo que no sería
aventurado afirmar su procedencia como escultura salida de su escuela, incluso
de las manos del mismo maestro.
Durante muchos años sus fiestas
populares se celebraron en el mes de Marzo, con solemnes septenarios, en los
que la fe se confortaba con la plegaria, que es petición, y con la triunfal
procesión, que es agradecimiento y júbilo.
Por no existir pruebas
documentales ni biográficas, no hay datos fiables de cuando cesan estas
actividades de culto en la cofradía, coincidiendo quizás con un periodo de
decadencia o desaparición del gremio de tejedores que patronalmente dio vida a
la Hermandad.
Durante muchos años debió
permanecer un melancólico recuerdo de aquellos tiempos entre sus devotos,
alimentado por la presencia de una Imagen bella y pequeñita en un lateral de la
iglesia de San Francisco.
Fue a mediados de este siglo
cuando la inquietud y el amor a la Virgen del Buen Suceso, (no hay un suceso
más hermoso en la historia de la humanidad que la presencia de la Virgen entre
nosotros), hace que un grupo de personas tengan la feliz iniciativa de volver a
infundir vida y renovada actividad a la Hermandad.
Los señores D. Francisco Siles
Luque, D. Alfredo Serrano Chacón, D. Manuel Ibáñez Serrano, D. Manuel Gómez
Torres-Hurtado, D. Carlos Merino Sánchez, D. Pelagio Serrano Luque, D.
Francisco García Montes, D. Pablo Molina Serrano y D. José Tomás Caballero Álvarez
fueron los que con decidido empeño y voluntad constituyeron una Junta de
Gobierno, responsable del restablecimiento del Culto y de las fiestas que
anualmente se celebran durante el mes de Mayo en honor a nuestra Titular.
Coincidió el primer paso procesional de esta etapa, con uno de esos
periodos en que la Naturaleza ansta y espera tatluvla para redimir a los
campos necesitados de agua. Por eso se decidió que la Virgen dirigiera sus
pasos por el balcón del Adarve, entre el cielo a quien los hombres dirigían sus
súplicas, y la sedienta tierra, objeto de sus plegarias.
En aquella ocasión como en todas
las que el hombre tiene necesidad del favor divino, supo buscar la más eficaz
Intercesora.
Para hacer posible que los
jóvenes se sintieran protagonistas y al mismo tiempo integracos en el seno de
la Hermandad, se crea la sección de los Horquilleros, con la misión de llevar
sobre sus hombros la imagen de Nuestra Virgen en sus fiestas primaverales,
organización del paso por las calles de Priego, ornamentación de Retablo y
cooperación en la tradicional rifa.
En la década de los años setenta
el grupo Scaut de Priego nombra a la Virgen del Buen Suceso patrona de su
asociación, y los miembros de la Hermandad organizan y asisten a los
campamentos veraniegos de los jóvenes integrantes de este grupo.
En el año 1967, siendo Vicario
Episcopal de la campiña y Párroco de la Parroquia Nuestra Señora de la Asunción
de Priego D. Manuel Cobos Rísquez, y Hermano Mayor D. Antonio Navas Cruz, la
Junta de Gobierno decide, ante el evidente deterioro de la Imagen, llevar a
cabo su restauración. Esta delicada misión fue encomendada al restaurador
cordobés D. Manuel Arjona Navarro y aquí estamos en esta nueva etapa de la
Hermandad.
Cada estación que pasa cada año
transcurrido, trae consigo una esperanza y un nuevo afán de superación.
En la actualidad un grupo de
muchachos, savia renovadora de fuerza y juventud, constituyen la sección de la
Banda de Tambores y Costaleros de la Virgen, cuyo hermoso Trono ha sido
restaurado recientemente por el artista local D. Cristóbal Cubero Molina.
Con esta idea de renovación
constante, el propósito de la actual Junta de Gobierno es incorporar en el seno
de la Hermandad la mayor cantidad posible de jóvenes y adolescentes para que
transmitan a los mayores su natural ilusión y fuerza. La devoción a la Virgen y
los valores cristianos está entre ellos más arraigada de lo que aparentemente
parece. Además ellos recibirán el legado del pasado de nuestra Hermandad y a
ellos, sólo a ellos, corresponde el porvenir.